El pueblo avileño se estremece por la algarabía de latas, palos y calderos que resuenan ensordecedoramente por las calles de La Ciudad de los Portales, horas después de haber concluido con una victoria de siete carreras por dos. Los Tigres se coronan por segunda vez como los campeones indiscutibles del clásico cubano de béisbol en su edición 54.
Como dignos adversarios Los Piratas isleños lucharon hasta el final, después de una actuación histórica durante todo el play-off que los situó en la final del campeonato por vez primera, sin embargo no lograron ascender a lo más alto del podio y fueron embestidos por unas garras felinas más afiladas que nunca, quienes atesoraron 12 indiscutibles sin error y lucieron una defensa agresiva.
En el séptimo partido del play off final, Yander Guevara dominó a la artillería pinera durante siete entradas para conseguir el éxito número 13 del campeonato.
Desde la trinchera enemiga, el perdedor Yoalkis Cruz permitió cinco carreras, tres de ellas limpias y con el madero fue protagonista el camarero Raúl González, al pegar doblete y empujar dos anotaciones.
Efervescencia deportiva en Ciego de Ávila, una ciudad que esta noche viste orgullosa de blanco y azul y se regodea con el sabor incomparable de la conquista de sus tigres, quienes otra vez se revelan, como los reyes de la selva.
Detrás de los Tigres de Ciego de Ávila y los Piratas de la Isla de la Juventud se ubicaron los Cocodrilos de Matanzas y los Alazanes de Granma.

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