Villamar El portal de la cultura Avileña
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Se ha hecho costumbre que cada año, durante un breve lapso de tiempo, las capitales provinciales se conviertan en capitales del libro y la lectura. Este 2015 ha traído una novedad al mayor evento cultural que se organiza en nuestro país: la puesta en marcha de esta celebración en las diferentes provincias en fechas para nada coincidentes. Enhorabuena para el Instituto Cubano del Libro por una idea acertada que, sin lugar a dudas, extenderá la gran fiesta por un tiempo más prolongado. No creo, sin embargo, que esto sea lo que resuelva los problemas que presenta la Literatura Cubana actual, y mucho menos lo que nos prepare para enfrentar sus desafíos.
Durante la premiación de la Beca Dador y los Premios Pinos Nuevos del año 2013, Ahmel Echevarría hacía referencia a los ideales que tenía sobre la Literatura, y comparaba a esta manifestación artística con el Aikido. Rapidez, movimientos precisos, capacidad de decisión, elementos todos que se asemejan a la reducción de las seis características que, según Ítalo Calvino, debía tener la literatura de este milenio. Decía Ahmel que la literatura, como en el Aikido, es importante pensar.
Me gustaría creer que estos cinco días nos harán pensar para convertir a nuestra literatura en un motivo para el orgullo y la trascendencia; que entenderemos la necesidad de una crítica que le abra las puertas a de lo mejor de nuestra literatura al gran público; que hallaremos la forma propicia de promover la obra de nuestros escritores sin el temor a que se anquilosen en los armarios de las librerías; que seremos capaces de rescatar la honestidad para publicar y promover únicamente lo que merece la pena; que encontraremos la sana ambición que siempre debería caracterizar el quehacer de un escritor.
No creo que sea demasiado.
Homenajeamos en esta 24 Feria Internacional del Libro, a la República de la India y su milenaria cultura. Sin ella, el mundo contemporáneo no sería el mismo.
De igual modo, se agasaja la vida y la obra de dos distinguidos intelectuales de nuestro país: Olga Portuondo Zúñiga (Premio Nacional de Historia, 2003; Premio Nacional de Investigación, 2006; Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, 2010); y Leonardo Acosta Sánchez(Premio Nacional de Literatura 2007), cuyos aportes han dejado una profunda huella en la historia de nuestra cultura.
Estoy seguro que estos cinco días se convertirán en una verdadera fiesta de la Lectura, en los que nos reencontraremos con viejos amigos, emprenderemos nuevos viajes, exploraremos extrañas selvas, nos enfrentaremos a mayores peligros, desentrañaremos nuevos enigmas, nos convertiremos en mejores personas.
Me gustaría entonces pensar que este tiempo será inicio y no colofón. Yo haré lo que esté en mis manos para lograrlo. Solo me resta invitarlos para que me acompañen convertidos en cómplices de esta utopía.
Por: Llamil Ruiz.